“AGRESIVIDAD INFANTIL”

Agresividad Infantil

detalles para conocer que es la agresividad y medidas para implementar

LA AGRESIVIDAD Es una tendencia a actuar o a responder de forma violenta en contra de una situación objetos o personas. : Cuando un niño tiene propensión a agredir a otro y apreciamos que intenta causar un daño físico o psicológico, podemos decir que encontramos con un caso de un niño que  presenta un estado de agresividad infantil. Consideramos agresión al uso de la fuerza física, las burlas, los insultos verbales y el sarcasmo. Todas ellos, son muestras de agresividad.  El término se encuentra asociado al concepto de acometividad, que es la propensión a acometer, atacar, o embestir. También se utiliza la palabra agresividad para referirse al brío, la pujanza, y la decisión para emprender algo y enfrentarse a sus dificultades. El concepto: tiene su origen en una ciencia llamada biología que a vinculado al instinto sexual y al sentido de territorialidad de todas las formas. La psicología: lo define como un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable desde las expresiones verbales y gestuales hasta la agresión física. El lenguaje cotidiano: la asocia con la falta de respeto, la ofensa  o la provocación. Según los especialistas existen dos tipos activa y pasiva. activa: se caracteriza a través del arrebato violento y directo sobre personas o cosas con patadas, arañazos, gritos, El lenguaje cotidiano: la asocia con la falta de respeto, la ofensa  o la provocación. Según los especialistas existen dos tipos activa y pasiva. activa: se caracteriza a través del arrebato Pasiva: más difícil de detectar se expresa  a través de la inhibición, la queja, critica, sarcasmo o  ironía, venganza en oculto, sabotaje y aparente juego de agresión simulada. Sin embargo, se habla de un tercer tipo conocido como: secuencial: esta aparece cuando una persona primero se comporta en forma tranquila,  aparenta renunciar a su derecho pero después embiste bruscamente su conducta agresiva cuando advierte que no consigue el resultado deseado. El comportamiento agresivo puede derivar por factores: biológicos, psicológicos o sociales. Biológicos: a través de uno de los sentidos vista, olfato, oído, gusto y tacto, se percibe un estimulo externo, que luego orgánicamente a nivel del sistema nervioso procesa la información, se libera un químico o neuro transmisor, en este caso adrenalina el cual producirá una reacción violenta de agresividad incontenible, en muchas ocasiones no se tiene conciencia. Psicológicos: ponen el origen de la agresión en el medio ambiente que rodea al individuo, en aquellos casos donde la familia es emocionalita, la autoridad está alterada, existe anarquía, el afecto es expresado de manera hiperemotiva, dramática y superficial, las discusiones son violentas mezcladas con agresiones físicas y crisis de culpa.Sociales: el individuo tiene cierto grado de conciencia sobre lo que no debe hacer pero motivado a una creencia errada o mal aprendizaje no cesa de frenar su agresividad. Demoniaca: puede tener o no conciencia de lo que hace, arremete ante todo lo relacionado al evangelio  Mr 5:1-5 Hch 19:16. Modelamiento Agresivo:Según la teoría del  aprendizaje social la conducta agresiva puede aprenderse por imitación u observación de otros modelos de conductas agresivas. Cuando el niño vive rodeado de modelos agresivos va adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por cierta tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas. Sea cual fuere el conflicto que rodeo al niño  en un determinado momento provocara en el, sentimientos negativos de frustración y emociones desequilibradas que le harán reaccionar agresivamente. Cuando los padres  castigan a su hijo por un mal comportamiento y usan el azote físico más un tono verbal de palabras obscenas o maldicientes estos se convierten para aquel niño en un modelo agresivo de conducta. Este proceso de moldeamiento agresivo que el niño va observando durante su etapa de aprendizaje no solo le enseña modelos de conductas agresivas sino también les informa  de las consecuencias  o el resultado que se puede lograr con dicha conducta. Veamos el siguiente caso: Eduardo y Miguel de 6-4 años… Eduardo está jugando con una pelota tranquilamente hasta que miguel irrumpe; Miguel quiere la pelota empiezan a discutir Miguel grita, llora, patalea. Eduardo dice llora lo que quieras no te la doy…  Los padres se acercan, por ser miguel él, más chico los padres se conduelen reprimen a Eduardo le dan un fuerte regaño Eduardo se defiende les dice que fue su hermano quien comenzó pero sus padres no le ven llorar, y le ordenan dar la pelota a su hermanito… Lleno  de rabia se enfurece alza la voz a sus padres,  les grita y estos le dan por la boca le dicen que eso es por ser tan malo con tu hermanito y contestón… Eduardo suelta la pelota se la tira a miguel de mala gana le dice toma llorona, llorona, y se va hacia su cuarto. Con este ejemplo los padres de estos niños han colocado a disposición de ellos dos modelos de agresividad.

Miguel: tendrá el modelo de agresividad activa, el sabe que peleando, pateando, gritando y llorando lograra su objetivo.

Eduardo: tendrá el modelo de agresividad pasiva en cualquier momento se vengara, fingirá un juego para poder agredir a miguel ‘pero no solo este será el objetivo sino que Eduardo asociara atención con agresividad pues su padres lo tomaran en cuenta aunque esto le traiga un fuerte castigo.

Otros factores que influyen en el comportamiento agresivo y que no debemos obviar.

Socio cultural: la comunidad donde habitan,  expresiones que fomentan la agresividad en el hogar, los medios de comunicación con programas que incitan a la violencia, la escuela donde estudia y el nivel de violencia escolar que impera.

Origen orgánico: trastornos de origen químicos hormonal o de neurotransmisores, a nivel del sistema nervioso central. Dominio territorial: cuando se quiere tener absoluto control de un ambiente desplazando a otros. Dominio posicional: ambición del liderazgo con el fin de dominar a todos. Dominio de género: competencia entre varones y hembras tratando de demostrar que unos son inferiores a otros. Ataque y defensa: vinculada a la obtención o defensa de alguno o algunos objetos; unos quitan otros se defienden. Situación irritativa: producida por un dolor, calor, mal olor, insomnio, despertar brusco etc.

Una intervención a tiempo contribuye a evitar que estas conductas anómalas es decir fuera de lo normal derive en los niños un fracaso a nivel escolar o una conducta antisocial

nos da la capacidad de

Lo siguiente aunque no son ejemplo de motivaciones directas de conductas agresivas en niños y adolescentes sin embargo influye poderosamente. Mala disciplina: cuando se quiere enseñar algo en forma  equivocada. Ejemplo: la madre que quiere que su hijo de primer grado aprenda. Leer rápido pero el niño asimila lentamente y ella impaciente, le grita, lo llama bruto, animal y le pega. O la madre que quiere tener todo limpio al extremo de no permitir a los niños andar calzados dentro de la casa y si algo llegasen a ensuciar entonces lo golpea e insulta duramente. Familias disfuncionales entre ellas: con problemas de autoridad por  alteración del binomio autoridad-afecto.

Los elementos que determinan la paternidad son dos: Autoridad: establecimiento de normas, preceptos y límites claramente definidos. Afecto: capacidad de comprensión, respeto y honra, que se transmite con hechos.

Los estilos de crianza son cinco: Dominante, permisivo, indiferente, mixto e ideal:

Padres / Binomioautoridadafecto%
dominante+20
permisivo+40
indiferente30
mixtovariable entrelos anteriores 
ideal++10
En los cuatro primeros tipos de padres no hay equilibrio en los estilos de crianza.
En este tipo de familia, comúnmente se desarrolla un matriarcado, es decir, dominio y control de la mujer inhibiendo por completo al padre.
Muchas veces la autoridad, es ejercida por los hijos.
Familia con problemas de agotamiento: donde padres o madres pasan un tiempo excesivo dedicados al trabajo que no les brindan tiempo ni dedicación a los hijos, no quieren ser molestados y si lo hacen los  castigan severamente.                                                                                
Familias emocionalista  la autoridad  está  alterada, existe la  anarquía. El afecto es expresado de manera hiperemotiva, dramática y  superficial. Discusiones violentas mezcladas con crisis de culpa.                                                                                                                                                                                                
Familia poco culta: fuerte  limitaciones  intelectuales y pocas instrucciones que impiden poder  ejerce  hacia los hijos un adecuado proceso formativo.
Familia culta y fría: padres cultos y profesionales. Hipercríticos y sobre exigentes. Clima emocional frio e impersonal.
Consejos básicos para los maestros
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después, da fruto apacible de justicia, a los que en ella han sido ejercitados.  Hebreos: 12:11

Ante una conducta agresiva emitida por un niño, lo primero que haremos luego de habernos encomendado a Dios es identificar qué tipo de conducta agresiva presenta; que motivos le impulsan para expresar esa conducta, antecedentes y consecuentes de dicho comportamiento. Los antecedentes (causas y reacciones a la frustración) nos dirán como el niño tolera la frustración, que situaciones frustrantes soporta menos. Las consecuentes, nos dirán, que gana el niño con la conducta agresiva, Por ejemplo: una niña quiere bajar por el tobogán pero otros niños se le cuelan deslizándose ellos antes, la niña se queja a sus padres, los cuales le dicen, que los empuje para que no se cuelen. La niña lleva a cabo la conducta que sus padres han indicado, y la consecuencia es que ningún otro niño se le cuela y ella  puede utilizar el tobogán cuantas veces lo desee.Pero solo evaluando antecedentes y consecuentes, no es suficiente para lograr una evaluación completa de la conducta agresiva, también es necesario evaluar si el niño posee, habilidades cognoscitivas y conductuales, necesarias para responder a las situaciones conflictivas que puedan presentárseles. Es importante saber cómo interpreta el niño una situación, ya que un mismo tipo de situación puede provocar un comportamiento u otro en función de la intención que el niño le adjudique. Para evaluar el comportamiento agresivo, podemos utilizar técnicas directas como la observación natural o el auto registro y técnicas indirectas, como entrevistas, cuestionarios, etc.Una vez determinado el comportamiento agresivo, comenzaremos a trabajar el evangelismo, estableciendo límites y disciplinas Debemos marcar las reglas con el objetivo de cumplirlas de manera coherente y con firmeza. Una falta de habilidad a la hora de establecer las normas y de marcar los límites trae como consecuencia el irrespeto. Cuando hablamos demasiado, exageramos en la emoción o nos equivocamos en la forma de expresarnos, trae como consecuencia la desobediencia.

LA INFLUENCIA DE LA FAMILIA EN LA CONDUCTA DEL NIÑO La familia es uno de los elementos más relevantes dentro del factor sociocultural del niño. La familia lo es todo para él. La familia es su modelo de actitud, de disciplina, de conducta y de comportamiento. Es uno de los factores que más influyen en la construcción de la conducta agresiva. Está demostrado que el tipo de disciplina que una familia aplica al niño, será el responsable por su conducta agresiva. Un padre poco exigente, por ejemplo, y que tenga actitudes hostiles, y que está siempre desaprobando y castigando con agresión física o amenazante constantemente a su hijo, estará fomentando la agresividad en el niño. Otro factor que induce al niño a la agresividad es cuando la relación entre sus padres es tensa y continuada. Dentro del factor sociocultural influirían tanto el tipo de barrio donde se viva como la presencia de expresiones que fomenten la agresividad, como «no seas un cobarde». Los factores orgánicos de tipo hormonal, los problemas cerebrales, los estados de mala nutrición y los problemas de salud, entre otros, también influyen en el comportamiento agresivo. Y dentro del factor social, el niño que no tiene estrategias verbales para afrontar las situaciones difíciles, será fácilmente conducido a la agresión. CÓMO CONTROLAR LA CONDUCTA AGRESIVA DEL NIÑO Teniendo en cuenta de que la conducta agresiva de un niño es un comportamiento aprendido y como tal se puede modificar, la intervención de los padres bien como de los profesores es muy importante. Elaborar un plan para: Identificar el tipo de conducta, es decir, qué es lo que él  está haciendo exactamente. Hay que ser objetivos y específicos en la respuesta. Si el niño patalea, grita, o de qué forma expresa su agresividad. Apuntar diariamente en una tabla, y durante una semana, cuantas veces el niño aplica la conducta de agresividad. Anotar qué es lo que provocó el comportamiento. Con lo cual será necesario registrar los porque y las respuestas. También en qué momentos los ataques agresivos son con más frecuencia.  Elegir dos objetivos para modificar la conducta: debilitar la conducta agresiva y reforzar respuestas alternativas deseables existentes en el repertorio de conductas del niño o en la enseñanza de habilidades sociales.  Existen algunas condiciones que proporcionan al niño consecuencias gratificantes para su conducta agresiva. Por ejemplo, si en el patio del colegio, no estando el cuidador, el niño sabe que pegando a sus compañeros, éstos le cederán lo que él quiera, habrá que poner a alguien que controle el juego hasta que ya no sea necesario.  Reducir el contacto del niño con los modelos agresivos: Muéstrele Bíblicamente  otras vías para solucionar los conflictos cómo la oración, el diálogo, el razonamiento, el establecimiento de normas, etc. Si los niños ven que los mayores tratan de resolver los problemas con tranquilidad, podrán imitar esta forma de actuar. Con mucha prudencia visite a los padres: establezca un contacto con ellos y si estos aun no son creyentes, brinde la orientación posible  para que ellos también tengan ese conocimiento Los padres pueden reducir los estímulos que provocan la conducta y Enseñar al niño a permanecer en calma ante una provocación. Recompense al niño cuando éste lleve a cabo un juego cooperativo y asertivo.  Debe continuar registrando: la frecuencia con que emite la conducta agresiva para así comprobar si el procedimiento utilizado está siendo efectivo. Informar del plan elegido a todos los adultos que formen parte del entorno social del niño. Mantenga una actitud relajada y positiva y notarás los progresos. Al final, todos se sentirán mejor.

Aun cuando el instinto de acometividad existe en los animales, siempre es buscando un provecho. En la mayoría de los casos, es conseguir alimentos o defender su territorio.

En los humanos ha evolucionado y la podemos presentar, simplemente, para hacer daño.

Se dice que el hombre es el único animal que mata por placer, aun cuando esto es negado por Varias escuelas que indican que, en el fondo de estas actitudes, subyace el demostrar la supremacía Sobre los demás. La educación que recibimos, las normas de nuestra sociedad, trata de dominar este instinto, Estableciéndose un conflicto entre ambos, educación e instinto.

Debemos tener precaución al castigar a niños agresivos. «la aplicación de castigos severos por conductas agresivas en niños genera, en éstos, grados muy altos de agresividad. A veces se obtienen, con estas penas, conductas también no deseadas: apatía y pasividad. Se instruye al pequeño cuando es correcto, o no, mostrarse agresivos y en qué grado deben Serlo. Esto conlleva, en algunos casos, interiorizar unas normas que pueden entrar en conflicto con el ambiente que le rodea. No pretendan tener siempre la razón: Respeten los puntos de vista de ellos y no traten de imponer violentamente los suyos. No insistamos en tener siempre razón. Permitamos que tengan sus propios puntos de vista en lugar de imponerles violentamente los nuestros.  No pretendamos «ganar» todas las discusiones, juegos, etc.  Procuremos darles la razón (especialmente si son adolescentes) en lugar de discutir con ellos; más tarde, podremos replantear la cuestión y pedirles a ellos que busquen una solución.

 Por ejemplo: digamos «Tienes razón; a ti no te gusta ordenar las cosas y yo he tratado de imponerte mis criterios sin tener en cuenta estas características tuyas. Discúlpame por haber sido tan exigente».

 Con ello le habremos desarmado. Más tarde, podemos plantearle ->»Oye una cosa, ¿cuáles crees que deben ser tus responsabilidades en lo de mantener el orden? ¿Puedes ayudarme haciéndote un plan? Casi seguro que nos saldrá con un plan más riguroso que el que nosotros hubiéramos intentado imponer. ¡Pruébelo! Si les reconocemos sus derechos y les concedemos responsabilidades, veremos que sacamos más partido que intentando imponernos.

 No les aceptemos desafíos. Una medida aconsejable para disminuir la agresividad consiste en no concederles atención cuando «buscan pelea».

En medio de una discusión: pare respire cuente de ser posible hasta diez. Si ven que se va iniciar una pelea, retírese, después, cuando los ánimos lo permitan volverá a plantear el tema para buscar una solución, entre ambos. Presente el ejemplo de 2Ti 2:24

Es fundamental, restar importancia a las situaciones de irritación. Si el niño muestra agresivo, no caigan en la tentación de la escalada de mutua agresividad en ningún caso exagerarlas como medio de corrección evite los desafíos y apuestas como: (quieres que te lo demuestre) porque Puede llevar a situaciones nada convenientes para ambos lados, Una sutil indiferencia les puede hacer salir airosos de la situación. Sugerir a los padres: Dada la calidad de la TV actual, recomendar  que eviten lo más posible visualizar escenas de programas o caricaturas donde se presente escenas de agresividad.  Está demostrado que cuando más «justificada» es la agresividad que vemos (es decir, cuando son los «buenos» los que atacan a los «malos») mayor es la posibilidad de que aumente la agresividad de los espectadores. Los niños imitan a los dibujos lo viven como una fantasía, los conocen perfectamente, tanto los nombres como los gestos y muchos quieren que los disfracen en las fiestas de carnaval con los trajes de sus preferidos. Deben prohibirse las escenas de películas realistas es las que existan peleas, agresiones, sadismo… Hablamos de AGRESIVIDAD cuando el niño muestra tendencia a atacar a otro individuo o individuos, con la intención de causar un daño físico o psicológico. La fuerza física declarada es una clara agresión; pero también la burla, el abuso verbal y el sarcasmo, son formas de agresividad.  El instinto agresivo se halla en todas las especies, Por lo general tiene una función (conseguir alimento, defender el territorio, etc.)

 Es frecuente, decir que el hombre es el único animal que mata por placer.  De todas formas, es necesario evaluar que, en muchas de las conductas agresivas humanas, aparentemente gratuitas, hallaríamos una base de instintos territoriales (afirmar el poder, demostrar la supremacía, afirmar la imagen de sujeto dominante, etc.)  Las normas imbuidas por la socialización entran fácilmente en conflicto en el caso de la agresividad.  El mandato bíblico de «poner la otra mejilla» resulta poco útil en la mayor parte de nuestras sociedades, donde resulta más prudente escapar o defenderse, que ofrecer mejillas.

NOTA: Durante el proceso de socialización, el niño adquiere conceptos básicos acerca de la agresividad y de sus usos. Estudios efectuados en el (1957) demostraron que la aplicación de los castigos severos por conductas agresivas en niños genera, en éstos, grados muy altos de agresividad. Es decir, que el castigo contribuye a reforzar algo que quienes lo aplicaban, querían erradicar. De todas formas, en aquellos casos en que los castigos por agresividad eran particularmente severos, conducían a una disminución de la agresividad, expresada también en forma de conductas inconvenientes: apatía y pasividad.  En la mayor parte de los casos, el niño es instruido acerca de cuándo es correcto y cuando no expresar conductas agresivas, o hasta qué grado es correcto hacerlo.  Las perturbaciones en este proceso, ya sea porque en el ambiente «flota» una excesiva agresividad, o porque el niño tiene ocasión de visualizar escenas de agresividad, pueden hacer que el niño interiorice unas creencias acerca de la conducta agresiva, las cuales le harán entrar en conflicto con el medio que le rodea.

 El castigo físico: no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño. Si nos empeñamos en cambiar la conducta agresiva del niño, y mantenemos la paciencia y la perseverancia, seguramente solucionaremos el problema.

 No agredir a los niños ni física, ni verbalmente. La agresividad en los niños es un reflejo de la que reciben o de la que visualizan a su alrededor. Debemos evitar los castigos físicos y las actitudes agresivas y culpantes a la hora de reconvenirles por sus actuaciones. Tengamos en cuenta que al hablar de «no agredirles» nos referimos a gran cantidad de comportamientos, no solamente agresiones físicas. Si muchos nos apuran, las agresiones de tipo físico serían un mínimo porcentaje de las que reciben los niños. Pero, hay muchas actitudes de enfado, exigencia, inculpación, etc., que deben ser consideradas verdaderas situaciones de agresividad. Por ejemplo:

  • mantener en casa un clima de discusiones
  • establecer situaciones de competitividad
  • buscar culpables en lugar de buscar soluciones
  • insistir en que es necesario saber «quien tiene la culpa»
  • reñir o chillar por que ya está hecho
  • usar la disciplina como un castigo (cuando lo ideal es que los niños aprendan a respetar la disciplina, no a odiarla, que es lo que pasará si se les amenaza con ella
  • emplear cualquier tipo de amenaza o admonición para hacerles obedecer
  • demostrarles que cuando nos enfadamos conseguimos lo que queremos (en tiendas, restaurantes, ventanillas, etc.)
  • negarnos a hacer las paces, si hemos caído en el error de enfadarnos con ellos

EL CASTIGO FISICO DEBE QUEDAR TOTALMENTE PROSCRITO Si castigamos físicamente a un niño le estamos enseñando que es lícito pegar cuando estamos enfadados con alguien, corremos el riesgo de que ellos lo interpreten así, con lo que no deberá extrañarnos sus respuestas de agresividad Los padres que pegan a sus hijos pequeños, muchas veces lo hacen para descargar su propia agresividad y/o para afirmar su poder que no saben cómo demostrar, imponer) Cuantas veces se trata de padres o madres que, a su vez, fueron también pegados de pequeños. Desgraciadamente las imágenes perduran, y los hábitos de conducta aprendidos en la infancia tienden a perpetuarse. Los niños al nacer no están enfadados El enfado y la agresividad se aprenden al convivir con ellos  en el ambiente más próximo Es cierto que tales tácticas han sido empleadas por generaciones… pero bueno es que empecemos a abolir estos malos hábitos. Un error es: usar tácticas de amenaza o de agresión para que  ellos aprendan a portarse bien esto produce inestabilidad en el carácter es decir inconstancia. (Hombre de doble animo Santiago 1:8 Esto no es válido para la mayor parte de los dibujos animados, donde la agresividad es bastante surrealista y es vivida por los niños con cierta fantasía. Cuando hablamos de «censurar agresividad» nos referimos a películas realistas, con escenas de peleas, agresiones, crímenes, y no digamos si son sádicas o súper violentas, con abundancia de sangre y de golpes.

Los niños de esta generación son engañados seducidos con películas, videos y juegos donde observan las mil una formas de matar.

Establecer límites y disciplina en las clases de escuelas dominical es lo más importante para el desarrollo del carácter, conducta y crecimiento espiritual de los niños.

Debemos marcar las reglas con el objetivo de cumplirlas, en forma coherente y con firmeza. Es falta de habilidad del maestro desconocer este tema los estudios demuestran que el niño agresivo es victimario y victima a la vez.

El maestro sabio comprende que su rol no es juzgar al niño ni cuestionar a sus padres sino profundizar en aras de contribuir para lograr un cambio en el Amor, conocimiento y temor de Dios.

AMEN.

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